jueves, 13 de junio de 2024

Reflejos


 


En Dinamarca, hay bibliotecas donde se puede pedir prestada a una persona en lugar de un libro para escuchar la historia de su vida durante 30 minutos. 




Ayer como un rayo se fue mi amigo. Estuve en el tanatorio. ¿Qué se dice cuando se muere un amigo? Nada. Abracé a su mujer y no dije nada. Tanto tiempo, tantos años y solo ahora se percibe la lejanía. Ya estás lejos y no digo nada.




He olvidado el nombre de esta ciudad. He llegado de noche, el taxi ha recorrido calles luminosas y me ha dejado en este hotel. El recepcionista me sonríe: "Nos alegramos de volver a verle". Asiento con la cabeza y trato de esconder mi desconcierto: yo nunca he estado en este hotel. Mientras se cierra la puerta del ascensor me parece reconocerte cruzando el vestíbulo. Es un visión muy fugaz. Aprieto los botones, pero el ascensor no se detiene. En la habitación abro la ventana y presiento la cercanía del mar, hay un olor suave a algas y se oye un rumor de oleaje. Hay un óvalo de luces que se pierden en la lejanía.Entro en el comedor y busco una mesa con la mirada. Me paralizo. Una mujer sentada, de espaldas. ¿Eres tú? En ese momento vuelves la cabeza.




Hace poco preguntabais qué es volar. Además del sueño imposible, tan antiguo como la humanidad, de elevarse en el viento como un pájaro, un ángel o un dios, de permanecer ingrávido bajo el azul liberado de un mundo distante y opresor, ¿qué es volar?




Observa la distancia, el enorme  hueco que hay entre ti y las cosas, ese arbol, aquella persona, aquel olvido, siempre recorremos distancias, buscamos objetivos,aquella música que sientes en las venas como un torrente, aquellas estancias que recorrías feliz, ahora sin luz o perdidas para siempre, sí, las cosas han cambiado y a pesar de todo vives, respiras, duermes envuelto en sueños extraños en los que las cosas parecen volver. 



A veces uno reconoce el esplendor en la hierba frente a las casas demolidas. Se han vencido lo árboles y las nubes, solo quedan retazos de amores perdidos y pensamientos antiguos. De manera incansable hoy luce el sol.




Debe haber un magnetismo, una corriente de cosas presentidas, un flujo emocional de los colores del otoño que despierta en nuestro espíritu sentimientos de identidad y de encuentro, Parece que estuviésemos esperando la llegada del otoño para despertar esa emoción que ha permanecido oculta todo el año, que ha atravesado inmutable veranos y primaveras. Debe haber algo que nos pertenece en esos tonos amarillos o rojizos de los árboles, una melancolía casi imperceptible al contemplar las hojas caídas y respirar  la  creativa luz decadente del otoño. El mundo se difumina  y somos capaces de soñar.



Ventanas confusas. Caminar despacio por la acera húmeda. Los pasos muy lentos, las fuentes caídas, el agua en silencio. Voces opacas de bosques desnudos, almas sin color, esquinas huidas de trazos inciertos. El murmullo negro de ciudades solas, dormidas, calladas, sin ecos.