domingo, 4 de mayo de 2014

Hoy he pensado que





Mira, nadie es por completo feliz pero todo el mundo tiene momentos de felicidad. Dicho así parece un eslogan de Coca-Cola, pero es una forma de decirlo, algo que tú mismo has pensado alguna vez y nunca has dicho o lo has dicho con otras palabras, y si no lo has pensado nunca piénsalo porque no se puede vivir abrumado por la desgracia de los demás como si la estuvieras viviendo tú. Ya sé que no es fácil si la infelicidad afecta a seres cercanos, como un hijo, una madre o un amigo, pero sea como sea eres tú quien imagina la desgracia, no quien la siente y la persona infeliz, ese hijo, esa madre, debe tener momentos de felicidad como los tenemos todos, y quién sabe si las personas que compadeces son más felices en algún momento y piensan que el desgraciado eres tú. Piénsalo, imagina por ejemplo a un sin techo o a un viejo que toca el acordeón en la calle: quizá son más pobres pero más libres y te ven a ti como una persona atrapada por sus responsabilidades o te notan en la cara que no eres por completo feliz. Y no digo que esté mal preocuparse por los demás, al contrario, pero no desde la compasión sino desde la solidaridad y el altruismo; no ayuda nada que pienses qué vida tan desgraciada la de éste o qué tristeza esos niños que se mueren de hambre, porque es solo la compasión de un momento y luego apagas el telediario y piensas en tu propia infelicidad o dices pobre gente, en qué mundo tan injusto vivimos. Así que si una persona te parece infeliz puede que lo sea, pero nunca será infeliz como a ti te parece, sino como él lo siente porque es otra persona y tú no sabes nada de las penas y las alegrías de las otras personas, y a mí me parece que la compasión no le hace ningún bien a nadie aunque a ti te justifique, que es lo único que hace la compasión, justificar, hacerte pensar que eres bueno, mejor que los demás que no se compadecen de los que sufren. Yo creo que es mejor escuchar si alguien quiere contarte algo, saber escuchar es solidario y ayuda, escucha a esa persona y no te apropies de su infelicidad, porque seguro que también tiene momentos felices aunque te parezca raro.