domingo, 18 de enero de 2015
Yo descubrí el caso Savolta
Bueno, no es que yo descubriese el misterio de la novela de
Eduardo Mendoza, lo que descubrí fue el libro sin que nadie me hubiese hablado
de él, sin leer una crítica ni un comentario, esas cosas pasan a veces, ves un
título, una portada, un autor desconocido y piensas que ese libro va a ser diferente,
y cuando lo terminas te das cuenta que has acertado, que ese libro es otra
cosa, quizá lo que estabas esperando sin saber por qué. Enseguida se lo cuentas
a tus amigos y se lo prestas a los más cercanos, a los que sabes de antemano que
leen igual que tú o parecido, y dices, este libro hay que leerlo, con la suficiencia
que te da tener treinta y cuatro años. Así ocurrió con La verdad sobre el caso
Savolta, en 1975, fíjense que año, entonces leíamos a Juan Marsé, a Vázquez
Montalbán, a Vargas Llosa, a Cortázar, porque nos descubrían una forma nueva de
escribir, de hacer literatura, aunque seguramente eso nos lo han contado después
los expertos, los críticos, lo nuestro en aquella época era más intuitivo, una
avidez por lo nuevo que seguramente había empezado con Cien años de soledad. Y entre los de aquí, ya digo, el Marsé de
Últimas tardes con Teresa, cómo nos cautivó esa novela, y las de Pepe Carvalho,
claro, eran libros que sugerían un cambio, una respiración profunda en aquel
ambiente constreñido de intelectuales crípticos y arrogantes como Juan Benet que,
con todos los respetos, era muy aburrido. Por eso ahora, que se conmemoran los
40 años de Savolta y los entendidos nos explican la revolución que supuso esa
novela, a uno le parece que ayudó un poco como lector a ese cambio y que el
tiempo confirmó aquella intuición, porque sus siguientes novelas demostraron
que Mendoza era un escritor de raza al que no hemos dejado de leer, un autor
que inspira amistad, una cosa rara, porque los escritores y sus libros pueden
despertar admiración, risa o tedio en los lectores, pero pocas veces amistad. Y
créanme, La verdad sobre el caso Savolta es de esos libros que hay que releer
porque siempre descubres algo nuevo. Es lo que hago yo estos días.
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