viernes, 12 de abril de 2019

Recreación de un agujero negro


LA TIERRA PLANA

La Conferencia Internacional de la Tierra Plana piensa fletar un crucero que navegará hasta el confín del planeta, cuyo límite está constituido, según los terraplanistas, por un gigantesco muro de hielo circular. La primera idea que se le ocurre a uno es que se trata de un evento comercial, ya que se asegura que los pasajeros disfrutarán de camarotes de lujo, pistas de esquí acuático, restaurantes de alta gama y suntuosas fiestas. Pero, al margen de que se apunten al crucero unos cuantos millonarios aburridos, habrá un número no escaso de personas que, embarcados o no, crean firmemente que el navío llegará a los confines del mundo y demostrará finalmente que la Tierra es plana. Es de suponer que entre los creyentes habrá individuos de toda índole, incluso personas cultas que han recibido una sólida formación. 


¿Qué impulsa a seres normales a profesar esta fe estrafalaria e insostenible? Pueden invocarse razones muy repetidas, como la desolación que produce vivir en un mundo injusto e imperfecto y la necesidad de evadirse confiando en esquemas diferentes. Esa necesidad suele conducir hacia sectas más o menos satánicas o provocar conversiones a diversas religiones. ¿Pero qué remedio espiritual puede proporcionar sostener que la Tierra es plana? Quizás la cuestión está en creer en lo que nadie cree, sentir lo que nadie siente.




AGUJERO NEGRO

El mundo científico está revolucionado porque se ha podido fotografiar un agujero negro. Esta entidad era hasta ahora una hipótesis, si bien los datos astronómicos y los cálculos matemáticos prácticamente certificaban su existencia. Incluso teníamos constancia de sucesos cataclísmicos en el cosmos como resultado del choque de dos agujeros negros. Todo el mundo sabe lo que es un agujero negro, así que no me parece necesario describirlo ahora. A falta de una visión directa, nos habían ofrecido en multitud de ocasiones recreaciones artísticas de ese objeto estelar. En ellas se representaban minuciosamente las características fundamentales de un agujero negro: el horizonte de sucesos, su comportamiento como lente gravitacional, la radiación que emite, y en muchos modelos veíamos enormes chorros de materia absorbidos por la tremenda gravedad del agujero. 


Ahora tenemos una imagen real y, si quieren que les diga, me ha parecido un poco pobre en comparación con las recreaciones artísticas. Es como si la foto no aportara ninguna novedad. En efecto, vemos un pequeño círculo negro rodeado de una sustancia amarillenta que puede ser gas estelar incandescente. Pero eso ya lo habíamos visto muchas veces en las recreaciones imaginadas en comics, películas o teleseries y apenas constituye una sorpresa. No quisiera restar importancia a la gran hazaña científica que supone la fotografía en cuestión, pero la conclusión es que, una vez más, lo real es menos espectacular que la fantasía. Me pasó algo parecido cuando descubrieron el bosón de Higgs. Tanto se había hablado de la famosa partícula que esperaba grandes cambios en nuestra concepción del universo, cosa que todavía no ha sucedido. 

En fin, ya tenemos el bosón y el agujero, seguiremos esperando.

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