sábado, 2 de agosto de 2014

Colateral

Cada día, cada hora, cada minuto, mueren personas en todo el mundo. Muchas de esas muertes son justificables: vejez, enfermedades, accidentes, catástrofes naturales, etc. Otras muertes se justifican peor y las denominamos víctimas colaterales. A esas personas se las mata sin querer, podríamos decir, mueren porque estaban cerca de los que tenían que morir y las bombas no discriminan, o porque un cálculo equivocado hace caer misiles en escuelas públicas. Es tremendamente injusto, pero ocurre tantas veces que casi nos hemos acostumbrado y nadie está libre de convertirse en víctima colateral en el momento más inoportuno. Esas muertes colaterales suceden en muchos lugares del planeta, sobre todo en los países que están en guerra o sufren algún tipo de terrorismo. Por ejemplo Ucrania, Pakistán, Irak, Afganistán o en muchos pueblos del continente africano, de los que a veces nos llegan noticias de una masacre.

Ahora viene la pregunta: ¿son también víctimas colaterales los muertos civiles en Palestina? En principio sí. No creo que fueran otra cosa esos niños que murieron cuando jugaban al balón en una playa, y, como en cualquier otro suceso similar, parece normal condolerse de esa atrocidad y pedir a los que combaten que procuren no matar inocentes. Pero he aquí que los muertos palestinos deben ser diferentes, porque compadecer a esas víctimas y censurar a sus verdugos, al menos en Estados Unidos, está mal visto. Tan es así que algunos artistas de cine (españoles) que habían hecho pública su protesta, han tenido que retractarse por la cuenta que les trae, laboralmente hablando. Ya sabemos que Estados Unidos e Israel son aliados militares, pero también lo son el Reino Unido y Turquía, pongamos por caso, y si alguien se queja públicamente de algo que hacen mal estos últimos países, la Casa Blanca dice que no es asunto suyo. ¿Por qué las cosas son diferentes con Israel?


Yo, desde luego, no soy antisemita, ni anti árabe, entre otras cosas porque, dada nuestra historia,  nuestros genes deben estar saturados de contenidos árabes y judíos. No hubo nación con mayor mestizaje que España en la Edad Media. Pero en el conflicto de Oriente Medio uno se pone casi inconscientemente a favor de los palestinos, en parte porque tendemos a compadecer a los más débiles, pero también porque Estados Unidos no los defiende ni los compadece, y eso es muy molesto porque no conseguimos entender por qué. Queramos o no  EEUU es una de las naciones más poderosas del mundo, si no la más, y es innegable que mantiene un liderazgo indiscutible en la política internacional. Si hay que invadir Irak, se invade, si hay que intervenir en Sudán, se interviene, si hay que vetar una resolución de la ONU, se veta. Lo extraño es que con ese poderío sean incapaces de arreglar las cosas en Palestina por la vía rápida y evitar que sigan produciéndose víctimas, la mayoría colaterales. Yo, la verdad, no siento simpatía por la prepotencia de Israel en esta guerra. Nada que ver con los héroes judíos del levantamiento del gueto de Varsovia, protagonistas de una hazaña histórica sobre la que he leído casi todo y nunca ha dejado de emocionarme y causar admiración.  

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