sábado, 30 de noviembre de 2013
miércoles, 27 de noviembre de 2013
San Pablo y las sumisas
Gran escándalo en los medios a causa de un libro
escrito por una italiana que ha editado en España Nuevo Inicio, una editorial
creada por el arzobispo de Granada monseñor Martínez. Cásate y sé sumisa es el título. Hasta a la ministra Mato (ver para
creer) a pedido la retirada de la obra por su contenido irrespetuoso con la
mujer. Resultado: número uno de ventas en Amazon. A lo mejor es de lo que se
trataba. La provocación, ya se sabe, es lo que más vende.
¿Creen realmente los cristianos que la mujer debe ser
sumisa? Tanto la autora como el clérigo sustentan sus afirmaciones en las
palabras de San Pablo. He aquí el gran error del arzobispo y de la Iglesia
Católica en general. Justificar sus dictámenes con palabras que se dijeron hace
dos mil años es ignorar con deliberación el progreso de la humanidad. Esas palabras
pudieron ser válidas en el siglo I, pero no lo son el siglo XXI. No es comparable
el nivel social de la mujer en tiempos de Cristo con el actual. Es como si los
médicos siguiéramos practicando la medicina de Hipócrates o los filósofos
siguieran aludiendo al demiurgo platónico. San Pablo fue un hombre muy listo,
pero hablaba para los cristianos de su época. Por tanto, escudarse hoy en día
en lo que él dijo es una inconsecuencia.
Por otra parte, a mi juicio, hay una interpretación
sesgada de lo que escribió Pablo. Si tienen curiosidad pueden consultar la
Epístola a los Efesios. Rescato aquí los versículos en cuestión: Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al
Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es
cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también
las casadas lo estén a sus maridos en todo.
(Efesios
5, 22-25) Yo no veo que aquí se
hable de sumisión. Más me parece que "estar sujetas" podría ser una
prevención del adulterio y no una forma de esclavitud. Sobre todo cuando más
adelante proclama: Así también los maridos deben
amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos (...) porque somos miembros
de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
En un contexto histórico, las palabras de
Pablo podrían no resultar demasiado lesivas para el género femenino, y no deberían
usarse como arma arrojadiza por la curia conservadora.
domingo, 24 de noviembre de 2013
El Lector
Hace años leí la novela El Lector, de Bernhard Schlink, y hace poco he visto en DVD la película que se hizo sobre este libro.
Por su interpretación de Hanna Schmitz, Kate Winslet obtuvo un Oscar en 2008.
Conservaba un buen recuerdo de la novela y su versión cinematográfica no me
decepcionó.
Es infrecuente que esto ocurra, ya que en la
adaptación al cine de muchos libros es necesario suprimir secuencias,
personajes, reflexiones, etc, dada la limitación temporal del metraje. En
ocasiones el guionista renuncia a comprimir el texto original y se inventa algo
diferente, vagamente relacionado con el libro, y el resultado puede ser una
película buena o mala, pero en todo caso no comparable con la novela. Sin
embargo, en la película El Lector -quizás porque la novela no es muy larga-, se
conservan muy bien el espíritu y la trama del libro, y los actores se
identifican totalmente con los personajes. El guionista David Hare hizo un buen
trabajo
Schlink, que es juez de profesión, después de El
Lector escribió El Regreso, su mejor libro en mi opinión. En ambos relatos (en
toda su obra, en realidad) está latente un asunto apasionante: el pasado nazi de los alemanes que
nacieron después de la guerra. En las dos novelas hay referencias a La Odisea, una obra que Schlink debe tener en gran estima, sobre
todo en El Regreso -el título ya es un indicio-, un relato que se construye sobre
el armazón de la epopeya homérica.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
domingo, 17 de noviembre de 2013
Pintores desconocidos (para mí) II
August Macke. Modegeschäft, 1913. (Oleo sobre lienzo)
August Macke (1887-1914) fue uno de los principales
miembros del grupo expresionista alemán Der Blaue Reiter (El Jinete Azul). El
encuentro de Macke con Robert Delaunay en París en 1912, supuso una revelación
para él. El Cubismo cromático de Delaunay influyó definitivamente en el arte de Macke a
partir de ese momento. Sus escaparates de tiendas pueden ser considerados una
interpretación personal de las Ventanas de Delaunay, combinadas con las imágens
futuristas que vio en Italia. El ambiente exótico de Túnez, que Macke visitó
con Paul Klee y Louis Moilliet en 1914, fue fundamental en la aproximación a la
luz de su etapa final, en la que creó una serie de trabajos que se consideran
actualmente obras maestras. La carrera de Macke fue interrumpida bruscamente
por su temprana muerte en septiembre de 1914, en el frente de la I Guerra
Mundial.
(Fuente: Wikipedia)
sábado, 16 de noviembre de 2013
Pintores olvidados (por mí) I
Quiero recordar a dos pintores, que no
llamaré olvidados en general, pero que sí lo eran para mí. Siempre, en la música,
en la pintura o en cualquier otra manifestación artística, habrá grandes
artistas eclipsados por otros que, sin ser necesariamente mejores, alcanzan la
fama. Y la fama o el éxito, como todo el mundo sabe, dependen a veces de circunstancias
que tienen poco que ver con el mérito artístico. Yo había olvidado o ignoraba
que existieran Derain y Macke, pero la reproducción de algunos de sus cuadros en caratulas de disco despertó mi atención. Este tardío descubrimiento me causó un fuerte
impacto, hasta el punto que me he atrevido a copiar cuadros suyos. (Puede que suba las
copias algún día). Hoy recordaré al primero de estos pintores.
André Derain. Charing Cross Bridge (Oleo sobre lienzo)
André Derain (1880 - 1954) fue, junto con
Matisse y Vlamink, uno de los creadores del fauvismo. En 1905 dichos pintores exhibieron por primera vez sus obras en
el Salón de Otoño, junto a sus colegas Rouault, y Henri Charles Manguin. En la
misma exposición había una escultura renacentista, lo que hizo exclamar a un crítico:
Mais c'est Donatello parmi les fauves! (Pero
es Donatello entre las fieras). A Derain y sus amigos no les molestó que
los llamaran fauves y lo adoptaron
como nombre para su estilo. El fauvismo, por encima de todo, daba importancia
al color, aunque se descuidaran aspectos básicos de la pintura como el trazo o
la perspectiva. La trayectoria artística de André Derain fue muy extraña: en 1908, sin explicar a nadie por qué, destroza sus obras y se
dedica a pintar paisajes similares a los de Cézanne. Y más adelante, en
1916, retrocede aún más e imita el dibujo clásico de Emille Corot. Su vida fue
también complicada. Durante la Segunda Guerra Mundial, contemporizó con los
nazis y el gobierno de Vichy, por lo que tuvo que afrontar acusaciones de
colaboracionismo al final de la guerra. Murió en 1954 atropellado por un camión.
(Fuente: Wikipedia)
lunes, 11 de noviembre de 2013
Relato de Vicente (Fragmento de mi novela inédita "Los Espejos Rotos")
Pero yo también he sentido el
amor, ese amor que te ablanda los sentidos y corta tu respiración cuando
contemplas a la persona amada. Es una vieja historia que os contaré si queréis
que lo haga y si no me lo impide esta botella que me he propuesto vaciar,
aunque no sé muy bien si ya os la he contado antes, pero qué importa, la misma
historia es diferente según los días. Esto lo decía mi abuelo, que gustaba de
contar historias perversas a sus nietos con gran disgusto de mi madre. Gran tipo
mi abuelo, se divertía relatando obscenidades a los niños, que no eran
obscenidades aunque entonces lo pareciesen. Eran retazos reales o inventados de
su propia vida. Solía contar siempre la misma historia, aunque cada vez la
aderezaba de un modo distinto, introduciendo nuevos personajes y
acontecimientos, e incluso variaba el final, y cuando se lo hacíamos notar nos
miraba con sorna y decía que las historias, como las personas y las nubes, son
diferentes según los días. Pero a lo que voy, hace años yo estaba en la legión,
no me preguntéis cómo ni por qué, esa es otra historia, pero como digo, me
había enrolado en la legión y estaba en África, en el Sahara Español para ser
exactos.
La vida en el tercio era dura y cruel, aunque a mí no me lo parecía tanto, en aquella época los moros estaban tranquilos y existía una cierta relajación de la disciplina. Las únicas peleas eran entre nosotros mismos y se castigaban con severidad. Cuando estábamos de permiso íbamos al pueblo más cercano para emborracharnos y acostarnos con unas moras divinas que ejercían desde muy jóvenes la prostitución. Aquella vida no me parecía tan mala: no tenía uno nada en que pensar, la comida era abundante, las mujeres fáciles, lo único que se me pedía era obediencia y ni siquiera sabían quién era yo, porque me había alistado con un nombre falso. Las cosas se jodieron con la llegada de aquel tenientillo. Había habido otros antes que él: lechuguinos imberbes recién salidos de la academia que pretendían ganarse el respeto de aquella ralea. Pero éste era más cabrón, disfrutaba humillando a sus subordinados, solía golpearlos con una fusta que llevaba siempre consigo, igual que unas botas altas de montar, para que todo el mundo supiese que pertenecía al arma de caballería.
La vida en el tercio era dura y cruel, aunque a mí no me lo parecía tanto, en aquella época los moros estaban tranquilos y existía una cierta relajación de la disciplina. Las únicas peleas eran entre nosotros mismos y se castigaban con severidad. Cuando estábamos de permiso íbamos al pueblo más cercano para emborracharnos y acostarnos con unas moras divinas que ejercían desde muy jóvenes la prostitución. Aquella vida no me parecía tan mala: no tenía uno nada en que pensar, la comida era abundante, las mujeres fáciles, lo único que se me pedía era obediencia y ni siquiera sabían quién era yo, porque me había alistado con un nombre falso. Las cosas se jodieron con la llegada de aquel tenientillo. Había habido otros antes que él: lechuguinos imberbes recién salidos de la academia que pretendían ganarse el respeto de aquella ralea. Pero éste era más cabrón, disfrutaba humillando a sus subordinados, solía golpearlos con una fusta que llevaba siempre consigo, igual que unas botas altas de montar, para que todo el mundo supiese que pertenecía al arma de caballería.
viernes, 8 de noviembre de 2013
Licencia para pensar
Ahora es otoño. Hojas amarillas
y rojizas en los árboles. Son inseparables otoño y melancolía. No importa, me
gusta el otoño y quizá también la melancolía. Melancolía, una palabra un poco
en desuso. Ahora decimos más a menudo ansiedad, depresión… Pero no es lo mismo,
melancolía es recordar, recordar cualquier cosa, recordar un momento. La vida
está hecha de momentos, de recuerdos y olvidos. Hay un olvido que se relaciona
con el paso del tiempo y otro inconsciente que elimina cosas y situaciones que
en algún momento nos hicieron daño. Los recuerdos no son perfectos. En
ocasiones recordamos cosas que nunca sucedieron. Otras veces hay recuerdos de
cosas no especialmente importantes que se adhieren a la memoria y persisten con
inexplicable tenacidad. Los recuerdos son anárquicos, fluyen sin orden ni
concierto. Con un pequeño esfuerzo uno intenta reconducir la cronología de los
acontecimientos, pero casi siempre fracasa, porque entonces los recuerdos empalidecen y se agotan
y crean vacíos, como si se tomaran una pequeña venganza.
Leo la prensa en Internet. Solo titulares,
alguna noticia, algún artículo. Ayer se conmemoraba el centenario de Albert
Camus. Me sorprendió leer que en sus comienzos fue criticado, o desestimado, porque
no tenía una formación filosófica integral. Fernando Savater recuerda que, para
sus detractores, Camus fue en todo caso “un filósofo para alumnos de
bachillerato". Hoy sigue siendo la opinión de no pocos académicos. Decían
que un filósofo no se expresa con novelas o teatro. En este punto me pregunto
si lo que leo es un homenaje o una demolición. Savater concluye: "Digamos
que fue un espontáneo que saltó al ruedo de la filosofía". No salgo de mi
asombro: ¿hay que tener licencia para pensar? ¿No se le permite a la gente
corriente expresar sus pensamientos? Hay algo erróneo en todo esto, tal vez una
valoración desmedida de la erudición. Es un hecho que los filósofos y sus
indemostrables hipótesis, se ven
amenazados en el mundo de hoy por el pragmatismo de la ciencia. En fin, no sé si Albert Camus fue un filósofo
con denominación de origen, pero en todo caso fue un gran pensador y así
prefiero recordarlo.
jueves, 7 de noviembre de 2013
La Ventana de los Mirlos
Estoy
despierto. Aún no he abierto los ojos, las imágenes del sueño se baten en
retirada, se desdibujan, se sumergen en el olvido. Lentamente mi conciencia
empieza a funcionar. La conciencia siempre es lenta, necesita tiempo para
acomodarse a la realidad. Decimos: " Espera a que mis neuronas se
organicen". Y es verdad. No que las neuronas corran de un lado para otro
en busca de acomodo, pero sí que el cerebro se toma un tiempo para recobrar su
actividad. Abro los ojos. Claridad tenue, grisácea. Subir la persiana, calzarme
las zapatillas, tomar las píldoras que he dejado en el cuenco la noche
anterior, contestar a mi mujer. ¿Qué día hace? Sol, niebla, lluvia... Depende.
(Por cierto, la ventana por la que miro es la ventana de los mirlos. No siempre
hay mirlos, pero a veces están por ahí picoteando). Al abrir la puerta de la
cocina mi perro ladra y azota el aire con su rabo. No sé si se alegra de verme
o reclama su comida. O las dos cosas. Preparar el té y el café, exprimir las
naranjas. Vamos a despertar a mamá, le digo al perro. Corre por el pasillo y
salta sobre la cama, le lame las manos y la cara. Es su rutina.
lunes, 4 de noviembre de 2013
JS Bach
El compositor estadounidense Steve Reich (1936), padre del Minimalismo, dijo una vez que solo escuchaba música de J.S. Bach (1685 –1750), un poco de Beethoven y de Debussy (1862 - 1918) en adelante. Menospreciaba por tanto todo el Clasicismo (incluidos Mozart y Haydn) y todo el Romanticismo, casi siglo y medio de música. La afirmación de Reich puede considerarse una boutade, pero es interesante resaltar que no descarta a Bach. Nadie se atreve a descartar a Bach. Stravinsky se mofaba de Vivaldi pero respetaba a Bach.
Puede que JS Bach fuera un extraterrestre. Su música no solo es diferente, sino avanzada en siglos a su época. Hay en la música de este compositor una intemporalidad que nunca nadie, antes o después, ha tenido. Hay páginas de Bach que podían haber sido compuestas ayer mismo. El otro aspecto que hace única su música es la introspección, un concepto profundo de la música que combina de manera asombrosa la percepción intelectual y la emocional. Para muchos la obra cumbre de J.S. Bach es la Misa en sí menor, para otros La Pasión según San Mateo. Hoy quiero destacar la música para teclado que, en mi modesta opinión, es el destilado más puro de su obra, y dentro de ella dos composiciones sublimes: Las Variaciones Goldberg y El Clave Bien Temperado.
A mi juicio los mejores interpretes de esta música son, Glenn Gould (1932-1982) -y su versión inmarcesible de las Variaciones Goldberg-, Ángela Hewitt (1958) y Evgeni Koroliov (1949). Éste último es menos conocido, pero la sensibilidad para interpretar a Bach de este pianista ruso me parece insuperable. Escuchen a Koroliov (aunque solo sea el Aria) en su versión de las Variaciones Goldberg.
Puede que JS Bach fuera un extraterrestre. Su música no solo es diferente, sino avanzada en siglos a su época. Hay en la música de este compositor una intemporalidad que nunca nadie, antes o después, ha tenido. Hay páginas de Bach que podían haber sido compuestas ayer mismo. El otro aspecto que hace única su música es la introspección, un concepto profundo de la música que combina de manera asombrosa la percepción intelectual y la emocional. Para muchos la obra cumbre de J.S. Bach es la Misa en sí menor, para otros La Pasión según San Mateo. Hoy quiero destacar la música para teclado que, en mi modesta opinión, es el destilado más puro de su obra, y dentro de ella dos composiciones sublimes: Las Variaciones Goldberg y El Clave Bien Temperado.
A mi juicio los mejores interpretes de esta música son, Glenn Gould (1932-1982) -y su versión inmarcesible de las Variaciones Goldberg-, Ángela Hewitt (1958) y Evgeni Koroliov (1949). Éste último es menos conocido, pero la sensibilidad para interpretar a Bach de este pianista ruso me parece insuperable. Escuchen a Koroliov (aunque solo sea el Aria) en su versión de las Variaciones Goldberg.
sábado, 2 de noviembre de 2013
Oliver Twist en el Siglo XXI
Después del erotismo plastificado de las 50 sombras (que solo conozco por referencias) y sus grises y muy exitosas secuelas, uno se acerca con cierta prevención a las novelas de Sarah Waters, una escritora de éxito devota del amor sáfico. Investigo un poco y descubro que la tesis doctoral de esta escritora británica se tituló: "Wolfskins and togas : lesbian and gay historical fictions, 1870 to the present", y que utilizó esta información para escribir sus novelas.
He leído dos de sus libros: El lustre de la Perla (Tipping the Velvet, 1998) y Falsa identidad (Fingersmith, 2002), ambos editados por Anagrama. En ellos uno se ve sumergido en el dickensiano y sórdido Londres de la época victoriana y en su no menos sórdida vida social, con descripciones sencillas, pero eficaces, y personajes fantásticos que viven episodios increíbles, pero que uno se los cree como se cree Los Tres Mosqueteros o 20.000 leguas de Viaje Submarino. Sus atormentadas protagonistas, sin embargo, no parecen tan antiguas: son mujeres de nuestra época trasladadas a finales del siglo XIX. En la forma de contar de Sarah Waters puede percibirse una sutil ironía, con la que quizás nos da a entender que ella misma es consciente de la inverosimilitud de su relato. Pero esta ironía no le impide transmitir al lector el afecto que siente hacia sus personajes, incluidos los más malvados.
¿Pero hay erotismo? Pues sí, hay erotismo y amor lésbico, pero contemplado desde un punto de vista emocional; nada que ver con las clínicas descripciones del porno más o menos light de los best sellers de hoy en día. En Inglaterra, estos libros han dado origen a series televisivas. Si buscan una literatura de evasión (si es que esto tiene algún significado), algo diferente a nuestras amadas novelas policíacas, pueden leer a Sarah Waters.
He leído dos de sus libros: El lustre de la Perla (Tipping the Velvet, 1998) y Falsa identidad (Fingersmith, 2002), ambos editados por Anagrama. En ellos uno se ve sumergido en el dickensiano y sórdido Londres de la época victoriana y en su no menos sórdida vida social, con descripciones sencillas, pero eficaces, y personajes fantásticos que viven episodios increíbles, pero que uno se los cree como se cree Los Tres Mosqueteros o 20.000 leguas de Viaje Submarino. Sus atormentadas protagonistas, sin embargo, no parecen tan antiguas: son mujeres de nuestra época trasladadas a finales del siglo XIX. En la forma de contar de Sarah Waters puede percibirse una sutil ironía, con la que quizás nos da a entender que ella misma es consciente de la inverosimilitud de su relato. Pero esta ironía no le impide transmitir al lector el afecto que siente hacia sus personajes, incluidos los más malvados.
¿Pero hay erotismo? Pues sí, hay erotismo y amor lésbico, pero contemplado desde un punto de vista emocional; nada que ver con las clínicas descripciones del porno más o menos light de los best sellers de hoy en día. En Inglaterra, estos libros han dado origen a series televisivas. Si buscan una literatura de evasión (si es que esto tiene algún significado), algo diferente a nuestras amadas novelas policíacas, pueden leer a Sarah Waters.
viernes, 1 de noviembre de 2013
Sobre la democracia
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Bucles |
"La capacidad humana para la crueldad es ilimitada. Puede que capacidad no sea la mejor palabra, pues sugiere una energía activa, y, en este caso, dicha energía no es ilimitada. La indiferencia humana a la crueldad es ilimitada. Al igual que lo son todas las luchas contra esa indiferencia".
"Todas las tiranías entrañan crueldades
institucionalizadas. No tiene sentido a este respecto comparar una tiranía con
otra, porque, pasado un punto, todos los dolores son incomparables".
"Las tiranías no solo son crueles por sí mismas, sino que además
ejemplifican la crueldad y, por consiguiente, fomentan la capacidad para serlo,
y la indiferencia frente a ella entre los tiranizados."
John Berger
"La cuestión, en realidad, es ¿qué le hemos
hecho a la democracia? ¿En qué la hemos transformado? ¿Qué sucede cuando la
democracia se agota? ¿Qué sucede cuando se la vacía de significado? ¿Qué sucede
cuando todas sus instituciones se han metastatizado en algo peligroso? ¿Qué va
a suceder ahora que la democracia y el mercado libre se han fusionado en un
solo organismo depredador, dotado de una imaginación limitada, estrecha, que
prácticamente sólo gira en torno a la idea de incrementar al máximo los
beneficios? ¿Se puede dar marcha atrás a este proceso? ¿Puede algo que ha
mutado volver a ser lo que era?".
Arundhati Roy
En los tiempos
que corren, ser de izquierdas es un estado mental no una realización práctica.
No hay margen para el idealismo. La derecha no es una ideología, nunca lo ha
sido. La derecha es sólo la no-izquierda.
Izquierda y derecha se reparten atributos inamovibles, falsos y arcaicos. La
izquierda es (o debería ser) progresista, laica y social. La derecha es
católica, conservadora y, según ellos, liberal. En el mundo de los mercados
todo esto carece de significado. Europa, tras algunas revoluciones frustradas,
vuelve a ser la Europa
de los mercaderes que ya se impuso en el siglo XVI. En la actualidad apenas hay dictadores, su lugar lo ocupan los poderes financieros. No hay más. Las democracias son como los adornos navideños: decoran
las ciudades y hacen felices a los niños.
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