viernes, 25 de octubre de 2019

El discípulo de Sibelius

Finlandia. Aksel Gallen-Kallela

Me gusta descubrir compositores desconocidos. No es nada difícil porque en conciertos y grabaciones solo se suele contar con compositores reconocidos. Es lo que llamamos “el repertorio”, que viene a ser un 15% de la música que se escribe. En esta búsqueda pasa lo mismo que en los libros: un gran porcentaje de los desconocidos carecen de interés. Pero de vez en cuando uno encuentra una perla, que por diversas vicisitudes no alcanzó la fama merecida. (A mi juicio, claro).

Mi más reciente hallazgo es el finlandés Toivo Kuula (1883-1918). Ya ven que su vida fue corta, luego explico por qué. Kuula fue el discípulo favorito de Jean Sibelius y, como la de su maestro, su música se inscribe en el romanticismo tardío con pinceladas de modernismo. A pesar de su juventud escribió un gran número de obras, de las que hoy apenas hay cuatro o cinco grabadas. Era un hombre muy activo en la política, entregado al nacionalismo finlandés, y también, como su maestro, muy bebedor y aficionado a frecuentar tabernas. En uno de estos lugares mantuvo una violenta disputa con un adversario político, el cual, tan borracho como el compositor, desenfundó un revolver y le mató de un disparó en la cabeza. 

Un músico sueco dijo: “La música de Kuula toca con fuerza partes del espíritu humano, que hacen que uno se vea obligado a examinarse a fondo”.