Les aseguro que de lo que más me
gusta hablar aquí es de cantantes famosos, como ayer, o de pintores, escritores,
científicos, en fin, de gente que contribuye a la cultura y a la solidaridad, a
la que admiro o he admirado en algún momento; y también, a veces, de personas
con las que discrepo, siempre con respeto y sin acritud, aunque si se trata de
políticos (no todos) ese elemental respeto sea más difícil de mantener. Uno lee
la prensa y raro es el día que no encuentra algo irritante, o curioso, o
amenazador, que procura soslayar, en la medida de lo posible, por su propia
estabilidad mental, en primer lugar, y porque nos importa un bledo que metan en
la cárcel a la Pantoja o hayan descubierto la corruptela de cada día. Pero lo
que ha dicho hoy la presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica Oriol, le
revuelve a uno las tripas, en sentido literal, y aunque una réplica contundente
a esta señora (?) debería tener una mayor difusión -un twit, una condena en
Facebook, una carta al director, etc- y no la que tiene un blog tan minoritario
como este, me van a perdonar que exprese lo que me sugiere esta noticia.
Frases que ha dicho ahora la
Oriol (si decimos la Pantoja, por qué no vamos a decir la Oriol): "Prefiero contratar a una mujer de
más de 45 o de menos de 25 años para evitar "el problema" de que se
quede embarazada". "El
sacrificio [de la mujer] para llegar a un puesto directivo tiene un precio: o
te casas con un funcionario o tienes un marido al que le encantan los niños".
Frases que dijo en un momento
anterior a propósito del salario mínimo: "Te
obligan a pagar un sueldo a estos jóvenes aunque no valgan nada".
"Hay que darles un dinero que no producen. "Es necesario dar a gente
desigual un trato desigual, de manera que el SMI solo se aplique a los
trabajadores con una cierta formación. Así, no se aplicaría el salario mínimo
hasta que no produzcan lo que cuestan".
No aplicaré a la Oriol los
adjetivos que le vienen a uno a la mente -se los pueden imaginar- y que a buen
seguro menudearán en las redes y en la prensa escrita. Solo diré que es
infrecuente encontrar a alguien que destile una estulticia tan sofisticada, una
ignorancia de lo solidario tan asombrosa y un funcionamiento neuronal tan
atrabiliario que se podría situar, en la escala evolutiva, por detrás de los
grandes simios. Un castizo daría una explicación más mundana: Esta señora no ha
tenido muchos coitos satisfactorios.
No renuncio a contar aquí el
comentario de Susanna Griso en Antena 3. Informó primero que Miriam Clegg, la
esposa del viceprimer ministro británico, Nick Clegg, vallisoletana de
procedencia, pedía la palabra en una conferencia de su marido y dejaba atónito
al personal con su intervención: "Esos
hombres que tratan a las mujeres como iguales son los que más cojones tienen
[the ones with most cojones]". A
continuación Susanna Griso dijo, refiriéndose a la Oriol: "Y de una mujer que alaba los cojones de los hombres, pasamos a
otra mujer a la que no le importa tocarlos, dicho metafóricamente, claro".
Mañana seguiremos hablando de
Giuseppe Di Stefano.
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