Escritores
que critican a los lectores. Ya escribí algo sobre este asunto y hoy vuelvo a
hacerlo. Miren, a mí, como a mucha gente, me gusta leer y me considero un
lector empedernido sin que esto deba interpretarse como una vanagloria
intelectual: no están en un nivel inferior los deportistas empedernidos, ni los
que coleccionan sellos o se dedican con fruición al bricolaje. Cuando tenía 13
o 14 años un adulto me preguntó cuál era mi vocación. Respondí: la lectura y el
sexo. Así que, ya ven, soy lector desde siempre.
A
propósito de un libro de culto, Stoner,
de John Williams, el escritor Vila-Matas ha dicho: "Stoner, que es una discreta
oda al trabajo bien hecho, lo han comprado 20.000 personas en nuestro país. Que
amen el trabajo bien hecho y sepan leer de verdad debe de haber 30.000
personas en todo el país. Las demás, ramonean por las praderas. Por eso estamos
tan mal”. Manda huevos el señor Vila-Matas. Por descontado él debe incluirse en
ese grupo tan restringido. Déjenme decirles una cosa: ya está bien de
intelectuales elitistas que solo saben mirarse el ombligo; florecen como amapolas
en este país. ¿Acaso piensan que despreciando a la gente van a vender más
libros? El escritor no elitista Eduardo Mendoza ha dicho:
"Al fin y al cabo, cada uno vive la lectura como sabe, como puede o de
cualquier manera". Escuche este sabio comentario, señor Vila-Matas, y
disimule su megalomanía. Por
cierto, nunca me ha gustado lo que escribe este escritor. Debo ser de los que
ramonean por las praderas.
Manolo, creo que seguimos juntos porque compartimos los mismos vicios, entre otras cosas. También compartimos la misma opinión sobre esos escritores que tu llamas elitistas y que mi calificativo es algo más grosero.
ResponderEliminarNunca entendí esa especie de endogamia que practican y que me parece tan estéril y menos aún su desprecio por los no pertenecientes a ese club de "elegidos".
Me dan pena, no disfrutan escribiendo ni disfrutan el tener lectores cómplices al otro lado, solo disfrutan epatando a unos y aburriendo a otros. Creo que son tan prescindibles como esas personas que no te aportan nada y ta hacen gastar una energía y un tiempo que podríamos dedicar a cosas más placenteras.
La cuestión es que eso no quita para que muchos de estos pedantes escriban bien. Pero su engreimiento ahuyenta al lector de sus libros. Por lo menos en tu caso y el mío.
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