EL BLOG
Uno comienza un blog escribiendo para sí mismo, se asoma a una ventana desconocida sin saber si alguien leerá lo escrito y escribe lo primero que se le ocurre. Poco a poco se empiezan a recibir comentarios más o menos benévolos, algunas personas se declaran seguidores, otras comparten tus entradas en alguna red social o te invitan a seguir sus propios blogs. Entonces, para justificar los elogios que recibe con cierto rubor, uno empieza a pensar que lo que escribe tiene cierta relevancia, lo cual es un estímulo para seguir, sin advertir que ha caído en una trampa: de pronto comprueba que está atrapado en la red (nunca mejor dicho) de las redes sociales, fenómeno cultural que ofrece mucho pero también exige. En ese momento, al menos en mi caso, el blog pierde espontaneidad y uno se ve envuelto en una hoguera de vanidades a las que uno debe hacer frente lo mejor que puede. Esta es solo mi experiencia, diferente supongo a la de otras personas. Creo que en internet hay que pagar la novatada: primero deslumbrarse, luego sentir como crece tu vanidad y por último- en mi caso, repito- desengañarse y comprobar cuánto hay de parafernalia en estos temas.
LIBROS NO LEÍDOS
Unos libros se compran para leerlos y otros no. Estos últimos reposan en
algún rincón de tu biblioteca esperando que tú los leas, o alguien los lea o al
menos se fije en el título que figura en el lomo y haga un comentario. Hay
quien abandona los libros una vez leídos, los presta o simplemente los olvida.
Otros los guardan porque pueden volver a ser leídos, y si no se vuelven a leer
no importa porque han sido testigos de algo o evocan un recuerdo y se han
ganado el derecho a permanecer. Los libros que se compran y no se leen de
inmediato pueden leerse más tarde, en otro momento, en años venideros, o nunca,
y es como si esos libros conservaran la virginidad porque nadie los ha abierto.
A ellos no les importa, forman parte de bibliotecas y le dan calor a otros
libros leídos y se comunican entre ellos. Uno los acaricia de vez en cuando y
se emociona un poco y dice no me acordaba de que tengo este libro, lo tengo que
leer, aunque luego se le olvide y siga siendo un libro no leído. Yo creo que
las bibliotecas tienen parte de culpa porque a veces los esconden. A quién no
le ha pasado que busca un libro y no lo encuentra y dice ¡pero si lo puse aquí!
Para mí los libros no leídos son tan importantes como los otros porque siempre
son una esperanza, un incentivo, algo por descubrir.
INFINITOS UNIVERSOS