"Era una de esas noches cálidas y pegajosas que hacen que a Manhattan se le note la edad". Así empieza la novela de David Goodis "Al anochecer" (Night fall, 1947) y es difícil imaginar un comienzo mejor para una novela negra. Sin embargo, este escritor, que nació en Filadelfia en 1917 y solo vivió 49 años, es un perfecto desconocido a pesar de que algunas de las 17 novelas que escribió no tienen nada que envidiar a las escritas por Dashiell Hammett o Raymond Chandler.
En los años 30 va a la universidad pero pronto se cansa de estudiar y empieza a escribir, y se gana la vida trabajando en una agencia de publicidad en Filadelfia. Con 21 años escribe su primera novela, "Retreat from oblivion", que puede traducirse como "Retirada del olvido", un título un poco lúgubre para una primera novela. Pero ya en este primer libro habla de la desesperanza, un sentimiento que impregnará siempre a sus personajes y estará presente en toda su obra: "Al cabo de un rato, uno se siente tan mal que quisiera detenerlo todo en ese momento". Consigue publicar esta novela en 1939, pero no tiene éxito. Decepcionado se traslada a Nueva York donde con diferentes seudónimos escribe compulsivamente para varias revistas pulp. Hay días que escribe 10.000 palabras, pero, a diferencia de Hammett y Chandler, que también escribieron para este tipo de revista, los relatos de Goodis nunca fueron reeditados.
Escribe varias novelas que son sistemáticamente rechazadas por los editores, pero en 1946 consigue que The Saturday Evening Post publique por entregas su novela "Senda tenebrosa" (Dark Passage),
y pocos meses después es llevada al cine por Delmer Daves, con Humphrey Bogart y Lauren Bacall en los papeles protagonistas. La película tiene éxito -hoy se considera un clásico del cine negro-, por lo que Goodis se traslada a Hollywood y empieza a escribir numerosos guiones basados en sus novelas. Pero nunca es considerado un escritor serio, los productores manipulan sus guiones y eligen actores inadecuados, desvirtuando el sentido de lo que escribe Goodis. En 1950, regresa decepcionado a Filadelfia donde vive con sus padres y Herbert, su hermano esquizofrénico. De noche merodea los barrios bajos de Filadelfia, frecuenta clubes nocturnos y lugares sórdidos. Este será el ambiente de sus próximas novelas. Después de la muerte de sus padres, incapaz de vencer su alcoholismo, se recluye él mismo en una institución psiquiátrica, donde fallece en enero de 1967, antes de cumplir 50 años. En ese momento todos sus libros están descatalogados en las librerías de Estados Unidos y David Goodis cae en el olvido.
En Francia, sin embargo, sus novelas se siguieron reeditando, un ejemplo más de esa curiosa afición que tienen los franceses de subir a los altares los iconos no suficientemente valorados por los americanos, como ocurrió con Hitchckok o con el saxofonista Lester Young. Ya en 1960, François Truffaut había realizado "Tirez sur le pianiste", una película de éxito, protagonizada por Charles
Aznavour, basada en la novela de Goodis "Down there". El crítico estadounidense James Sallis, en su libro "Vidas difíciles", dedicado a Goodis, Chester Himes y Jim Thompson, relata la acogida que tuvieron los libros de David Goodis entre los intelectuales franceses, destacando a Jean-Paul Sartre, Albert Camus y Andre Gide, entre otros, tal vez por la afinidad de su temática desesperanzada con la filosofía existencial francesa de posguerra.
En sus novelas, David Goodis crea un mundo donde se combinan de manera extraña sordidez, inocencia y nobleza, un mundo en el cual los personajes son arrastrados por el destino hacia una inevitable destrucción.
Los seres creados por David Goodis están regidos por el destino, sus vidas están marcadas y sus esfuerzos para apartarse de esa línea fatídica son infructuosos. No son antihéroes, como los personajes de Raymond Chandler, son simplemente perdedores. Phillip Marlowe es un personaje irónico, simpático, con un punto de cinismo, pero no ha perdido la esperanza. Sabe que el mundo es perverso, pero lo contempla con sentido del humor y no descarta que algún día pueda alcanzar un punto de redención.
Por el contrario, Harbin, el protagonista de "Rateros" (The Burglar, 1953), sabe de antemano que solo le espera el fracaso y no podrá hacer nada para cambiarlo. Es un ladrón y vive fuera de la ley, pero tiene sus propios principios a los que es fiel, aunque sabe que su lealtad le conducirá al desastre. En "Al anochecer" (Night Fall, 1947), Vanning es un hombre normal involucrado sin pretenderlo en un hecho delictivo. Le persiguen de manera simultánea la policía y los asesinos, pero Vanning, en su huida, ha matado un hombre y esa muerte le hace sentirse culpable. Uno piensa que la narración va a seguir caminos trillados, pero nos encontramos con un policía que no quiere detener al fugitivo y un delincuente que demuestra sentimientos amistosos hacia Vanning.
Después de escribir "Night Squad" en 1961, Davis Goodis se encierra en un periodo de silencio y se ingresa voluntariamente en un centro para combatir su alcoholismo. Solo volveremos a oír de él cuando se publique su obra póstuma, "La víctima"(Somebody's Done For, 1967). Pero ni siquiera esta obra, en la que vierte todas sus obsesiones, logra despertar interés por este solitario y sombrío escritor que describió con ternura la vida de los marginados de Filadelfia y Nueva York. Quizá la aventura literaria de David Goodis queda reflejada es este párrafo de uno de sus escritos: "se dijo que ya era hora de ponerse en movimiento. No sabía adónde iba, pero, fuera donde fuese, tenía mucha prisa por llegar".
La trompeta melancólica de Chet Baker, interpreta "Almost Blue", una música y unas palabras que podrían ser la imagen sonora de lo que fue la vida de David Goodis.