Siempre me he hecho una pregunta: ¿por qué la mujer es el
único mamífero que no tiene celo? Si la mujer y el hombre pueden hacer el amor en
cualquier momento, este acto, en los humanos, solo está parcialmente
relacionado con la reproducción, al contrario que en los demás mamíferos. Esto
contradice la evolución darwiniana y la biología en general, o por lo menos
constituye una intrigante excepción.
Pero si contradice a Darwin, no digamos a
los mandatos religiosos derivados del judaísmo, que como todo el mundo sabe
condenan el sexo no reproductivo. Podríamos preguntarnos si esta capacidad
amatoria está evolutivamente relacionada con la superior inteligencia de la
especie humana, como si la evolución premiara esta superioridad con una placentera
sexualidad continuada, en vez estar limitada a los periodos de celo como en los
demás mamíferos. Como la evolución no da premios y sus mecanismos, según
la síntesis evolutiva moderna, son la adaptación
y la especiación, seguimos ignorando si
existe una explicación antropológica a esta peculiaridad de la hembra humana.
Pero existe una excepción. Resulta que las hembras de los bonobos,
o chimpancés enanos, a diferencia de de sus primas mayores, no tienen periodos
de celo, es decir, son receptivas sexualmente en todo momento. Lo cual nos
lleva a la sorprendente conclusión de que los bonobos deben tener la misma o semejante conducta sexual que los humanos.
Un golpe bajo para los humanistas fanáticos.
"Las relaciones sexuales en las sociedades de bonobos,
son usadas como saludo, como método de resolución de conflictos, como medio de
reconciliación y como forma de pago mediante favores, tanto de machos como de
hembras, a cambio de comida", sostiene el primatólogo Franz de Waal. Así
que, además de para pasárselo bien, estos chimpancés utilizan el sexo para
mejorar sus relaciones sociales. Interesante. De Waal continúa: "Los bonobos
son los únicos primates (aparte de los humanos) que han sido observados
realizando todas las actividades sexuales siguientes: sexo genital cara a cara
(principalmente hembra con hembra, seguido en frecuencia por el coito
hembra-macho y las frotaciones macho-macho), besos con lengua y sexo oral. Cuando los bonobos encuentran una nueva fuente
de comida o lugar de alimentación, la excitación general suele desembocar en
una actividad sexual en grupo, sobre todo entre las hembras, presumiblemente
descargando la tensión de los participantes y permitiendo una alimentación
pacífica". Al margen de su actividad sexual, el bonobo es de las especies
más pacíficas y no agresivas de mamíferos que hoy día viven en la tierra; es
capaz de manifestar altruismo, compasión, empatía, amabilidad, paciencia y
sensibilidad.
Ante este fenómeno de la naturaleza, ¿me quieren explicar
para qué valen nuestras leyes, nuestros dogmas religiosos, nuestros códigos
morales y éticos, nuestro dictamen sobre las perversiones sexuales y nuestra
presunción de respetar los derechos humanos?
En mi opinión las religiones, la literatura, las personas e
incluso la ciencia manejan los conceptos de sexo y amor de manera confusa. El instinto
sexual tiene una entidad real, forma parte de nuestro ADN; el amor no. ¿Estoy
afirmando que todo es sexo? En absoluto. El sexo es biológico, el amor es una
emoción que se transforma en sentimiento. El neurocientífico Antonio Damasio
distingue entre emociones y sentimientos. Las emociones se localizan en el
cerebro inconsciente, por lo que, unas veces más y otras menos, escapan a
nuestro control. Pero una emoción, si es procesada por nuestra conciencia, lo
cual es un proceso lento, puede transformarse en sentimiento sin dejar de ser
emoción. De esta manera, un sentimiento, el amor por ejemplo, se percibe como
una plenitud intelectual y al mismo tiempo como una emoción física, que es la
atracción sexual. Esto no ocurre siempre, hay casos en los que el sexo
predomina sobre un posible sentimiento que a lo mejor ni llega a existir. Otras
veces la atracción intelectual no está originada por la emoción sexual, sino
por una serie de afinidades ajenas al sexo; en este caso es mejor hablar de
amistad. O bien pueden producirse situaciones ambiguas en las que una persona
no sepa exactamente lo que está sintiendo.
Las preferencias sexuales entre hombres y mujeres son
biológicas en lo referente al instinto reproductivo; pero no en cuanto al
placer físico e intelectual que puede proporcionar el sexo. Ser gay o lesbiana
son los extremos de una serie de posiciones intermedias en las que se agrupan la
mayoría de las personas. Las diferentes secreciones hormonales entre hombre y
mujer están evolutivamente encaminadas a facilitar la reproducción, pero no
influyen para nada en la satisfacción placentera del sexo. Convertir el sexo en algo prohibido, si no conduce a la
reproducción, no es solo responsabilidad de las religiones, sino también
determinados códigos morales laicos, más o menos estrictos según la época.
A
esos moralistas, el sexo entre animales, como el de los bonobos, no les
preocupa, porque los consideran una especie inferior. Quizá la evolución eliminó el celo femenino en los humanos solo para ver si éramos capaces de disfrutar del sexo con la misma naturalidad que estos encantadores simios.
No se entiende tanta prohibición salvo para controlar a la gente,dominarla con el miedo, la represión..y en cuanto a las mujeres ..que voy a decir..y me pregunto o mejor preguntar a aquellos que lo prohíben..Si el Creador, si Dios nos dotó de órganos sexuales que, aparte de servir para la reproducción, nos producen placer, porqué no disfrutar de ello?
ResponderEliminarAñado que he escuchado hoy noticia en la que el algunos centros escolares, se estudia y se informa sobre la sexualidad en un libro en el cual se pide abstinencia.. también se pide fidelidad para pareja pero esto ya es muy personal..
Gracias, Suni. Yo he leído que un obispo dice que enseñar la transexualidad en las escuelas es un abuso de los niños.
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